sábado, 10 de agosto de 2013

Sirenas del cielo, sirenas de la tierra.




                                    Sirenas del cielo, sirenas de la tierra.

Al final del libro X de La República de Platón, el filósofo nos narra como la vida se conforma alrededor del movimiento de los siete círculos que las esferas generan en correspondencia con la casa del cielo.
Una casa universal cada vez más conocida por los instrumentos que la ciencia viene aportando en el últimos años, dando certeza a la especulación filosófica.

Movimiento circular que explica Platón, es uniforme y en uso, según la falta de necesidad, o más bien, la oportunidad que lo posible alberga mientras elabora el plan de lo contingente ante lo necesario.

Encima de cada uno de estos círculos, dice Platón,  va una sirena que da vueltas también y emite sonidos en el mismo tono de la esfera que corona para sumar entre todas las sirenas un único gran acorde.

La música de las esferas es la música de las sirenas que lanza al cosmos su vibración de resistencia y vida. 
Es la música del cosmos estructurándose y creciendo, sobreviviendo a  su propia necesidad de existir y ser.
Pero no solo se trata de las sirenas coronando las esferas en tanto  personajes femeninos, también Platón nombra a otras tres mujeres. Cada una de ellas está sentada equidistantemente de la otra en su propio trono : se trata de las Parcas, hijas de la Necesidad,  que vestidas de blanco cantan también al son de las sirenas: Láquesis, reina de las cosas del pasado, Cloto reina de las cosas del presente y Átropo, reina de las cosas del futuro.
Las tres cantan los tres tiempos de  todas las cosas para contribuir a escribir la música de las esferas, la que nos sostiene en el vibratorio ejercicio de las matemáticas y los hilos  que nos corresponden en la armoniosa aritmética del buen funcionamiento y por lo tanto de la belleza.
Composición de la vida que une al lenguaje de las vibraciones con el lenguaje de los átomos y este a su vez al lenguaje de las consonantes y las vocales. Se trata de escribir la música de la vida con partículas diferenciadas que nos conforman y nos conmueven según la necesidad de llenar el vacío en medio del vacío. 
Se trata de crear el sentido en medio del caos, de cantar la historia en medio del silencio, de conformar la materia según el baile y el canto de las sirenas acompañadas por los tres reinos temporales, lo únicos que conocemos y que como bien dice Platón son hijas de Némesis,  el blanco ganso que cubre con sus alas la cuna de las estrellas nacientes y cuida los secretos de amor.  La narración de esta historia hilada con magistral ficción filosófica es la explicación  para mi más bella para  entender el origen de la armonía y la idea de belleza como práctica viva en el cosmos.  Belleza que incluye la música interior que por cierto… es la armonía que produce  la buena moral de las almas. 
Así que sería recomendable oír el canto de las sirenas  (a la luz del pensamiento de Eugenio Trías), que llevamos por dentro, aquí en la tierra, para saber el estado vibratorio de nuestra mente - cuerpo y según el resultado armonizar nuestros pasos.