viernes, 27 de agosto de 2010

El lujo de la verdad



El lujo de la verdad.

Herodoto escribió su famoso libro Los nueve libros de la Historia con el fin de sintetizar la historia del mundo conocido hasta entonces. Muchos posteriormente utilizaron el libro como la verdad absoluta del cual agarrarse, literalmente hablando, para defender sus puntos de vista. Lo que equivale a defender sus territorios, con sus cosas y sus gentes. Sus tronos, con estirpes y derechos eternos al mando y derredores. En aquellos tiempos aquel libro fue lo más cercano a la verdad de los hechos que se podía tener. Todos los filósofos hacían referencia a Los Nueve libros de Herodoto y también los patricios y políticos de entonces.
En la actualidad vemos como este libro sigue siendo pieza fundamental de la historia universal, pero ya sabemos que en ese compendio se unen y funden los hechos con las creencias. Los nombres y las fechas con los cultos y las suposiciones aproximativas de los cálculos humanos carentes, en esos tiempos de apoyos científicos y técnicos.
Pero al igual que estos nueve libros de la historia, seguimos consultando y solicitando la verdad a medios que, al igual que Herodoto, nos dicen comunicar la verdad absoluta. Estos no son ya el producto de un solo hombre que escribió tomo tras tomo de informaciones acumuladas, sino el resultado de grupos de personas que ofrecen lo que el consumidor desea oír en el mejor de los casos, sino lo que intereses mayores demandan trasmitir.
Costa Rica, por ejemplo, tiene también varios libros de historia patria, y cada vez vemos como estos libros, de texto en muchos casos, favorecían a sectores y lo peor, omitían y siguen omitiendo pedazos de verdad y de hechos y personajes no revelados de la historia, del cómo fuimos los costarricenses. Es más, abundan biografías de personajes importantes y se contradicen entre sí olímpicamente.
¿A quien creerle entonces me pregunto? ¿Cómo saber realmente la verdad de lo que pasa en las negociaciones partidistas, en el tráficos de contactos, en los negocios cerrados, en las perdidas de expedientes, en el tortuguismo municipal, en el cobro de impuestos, en los documentos falsos en los testimonios fraudulentos etc?
¿En la supuesta verdad que llega a los periodistas y estos la presentan ante los medios dando por un hecho que lo es y con las sabidas consecuencias? En Facebook??
¿Cuántos libros de la historia tenemos en la actualidad y cuantos Herodotos nos juran que son ellos los que si saben como va el curso de los acontecimientos, 20, 30, 500 o cada habitante del territorio nacional por ponerle un límite geográfico a la conjetura?
No hay más verdad que afirmar que sigue siendo un lujo de seres omnipresentes la verdad. El terreno que nos queda es la aproximación y la duda. El mismo Herodoto bien dijo que la Historia es el resultado del recuento de los celos humanos!