Sirenas
del cielo, sirenas de la tierra.
Al
final del libro X de La República de Platón, el filósofo nos narra como la vida
se conforma alrededor del movimiento de los siete círculos que las esferas
generan en correspondencia con la casa del cielo.
Una
casa universal cada vez más conocida por los instrumentos que la ciencia viene
aportando en el últimos años, dando certeza a la especulación filosófica.
Movimiento circular
que explica Platón, es uniforme y en uso, según la falta de necesidad, o más
bien, la oportunidad que lo posible alberga mientras elabora el plan de lo
contingente ante lo necesario.
Encima
de cada uno de estos círculos, dice Platón, va una sirena que da vueltas también y emite sonidos en el
mismo tono de la esfera que corona para sumar entre todas las sirenas un único
gran acorde.
La
música de las esferas es la música de las sirenas que lanza al cosmos su
vibración de resistencia y vida.
Es la música del cosmos estructurándose y
creciendo, sobreviviendo a su
propia necesidad de existir y ser.
Pero
no solo se trata de las sirenas coronando las esferas en tanto personajes femeninos, también Platón
nombra a otras tres mujeres. Cada una de ellas está sentada equidistantemente de
la otra en su propio trono : se trata de las Parcas, hijas de la Necesidad, que vestidas de blanco cantan también
al son de las sirenas: Láquesis, reina de las cosas del pasado, Cloto reina de
las cosas del presente y Átropo, reina de las cosas del futuro.
Las
tres cantan los tres tiempos de
todas las cosas para contribuir a escribir la música de las esferas, la
que nos sostiene en el vibratorio ejercicio de las matemáticas y los hilos que nos corresponden en la armoniosa aritmética
del buen funcionamiento y por lo tanto de la belleza.
Composición
de la vida que une al lenguaje de las vibraciones con el lenguaje de los átomos
y este a su vez al lenguaje de las consonantes y las vocales. Se trata de escribir la música de la vida con partículas
diferenciadas que nos conforman y nos conmueven según la necesidad de llenar el
vacío en medio del vacío.
Se trata de crear el sentido en medio del caos, de cantar la
historia en medio del silencio, de conformar la materia según el baile y el
canto de las sirenas acompañadas por los tres reinos temporales, lo únicos que
conocemos y que como bien dice Platón son hijas de Némesis, el blanco ganso que cubre con sus alas
la cuna de las estrellas nacientes y cuida los secretos de amor. La narración de esta historia hilada
con magistral ficción filosófica es la explicación para mi más bella para
entender el origen de la armonía y la idea de belleza como práctica viva
en el cosmos. Belleza que incluye
la música interior que por cierto… es la armonía que produce la buena moral de las almas.
Así que sería
recomendable oír el canto de las sirenas (a la luz del pensamiento de Eugenio Trías), que llevamos por
dentro, aquí en la tierra, para saber el estado vibratorio de nuestra mente - cuerpo y según el resultado armonizar nuestros pasos.
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