sábado, 23 de enero de 2010

El arte de lo chiva y la literatura no premiada


El arte de lo chiva y la literatura no premiada

Los músicos se presentan, dan clases, giran y venden sus productos, los bailarines tienen festivales, colocan funciones, colaboran con el teatro y participan de las ayudas estatales, los pintores hacen exposiciones, tienen marchantes, agentes y galerías que los comercializan. Los actores son contratados y las puestas de teatro venden sus funciones ¿ y los escritores?

Los escritores tienen un premio anual. Eso es todo. Puede que terminen escribiendo guiones para vender, pero si se dedican a la literatura, a lo más que pueden pretender es a ser publicados por alguna editorial que nunca comercializara los libros como debería, estar incluidos en las lecturas educativas, o en el mejor de los casos a ganar el premio de la UNA o el de la ECR o algún otro de bajo presupuesto. Fuera de eso no hay becas para escribir ni soportes estatales para que sean fortalecidos los procesos creativos.

Ser escritora o escritor en Costa Rica sigue siendo  parte de la vieja receta en donde primero se es político, abogado, periodista o rico y viejo que se da el gusto de escribir en los ratos libres.

Pero los escritores y las escritoras, para escribir bien tenemos que vivir, sentir, oler, trabajar la literatura las horas de las horas, para que lo que escribamos sea arte. Verdaderamente arte que prometa mundos nuevos. Lograr tal condición solo es posible como resultado de vivir en un entorno en el que seamos legitimados como oficiosos de un arte serio.

Declarar desierto este año los premios nacionales en cuento y novela ( y aclaro que no tenía obras participando este año), más allá del amiguismo y el nombramiento de jurados débiles curricularmente, es sinónimo del abandono, el desinterés y la ignorancia que se tiene por los escritores nacionales y la historia de los procesos literarios ticos.

 Los medios de comunicación tienen su parte al exaltar el culto al espectáculo farandulero, a las modelos, las parrandas, las situaciones morbosas y chavacanas, que venden las borracheras de fulanito, la ignoracia de sutanito y la belleza de la marqueza, cuando deberían vender la historia de su propio pueblo. En medio de todo esto nos educan a que nos aburramos con los discursos cuando emplean más de tres conceptos, porque solo nos interesan las imágenes chivas, la música chiva, los políticos chivas. El cine, lo audiovisual y la pintura chiva. 

Por lo tanto la literatura, esa hilera de palabras sentidas y expresadas desde lo más profundo de la mente de quien escribe en silencio, se vuelve algo muy escaso  de valor en el mercado de la industria cultural sino es chiva. Por el momento solo cal y nada de arena para los que escribimos en este país. Y si quieren saber que es chiva, cualquier mae puravida lo sabe.



2 comentarios:

  1. Sí que chiva, le dieron a Virginia un premio, por monopolizar los fondos de las fundaciones internacionales que financian el arte contemporáneo y hablar mal del funcionamiento del Estado en materia cultural, que chiva, le dieron un premio con los recursos del Estado a una instancia privada, que chiva le dieron un premio por curadora cuando muchos de sus proyectos son apropiaciones, que chiva, le dieron el premio por tener toda una estructura para autolegitimarse, que chiva es tener plata por que uno se puede dedicar a la filantropía, a hacer colecciones privadas. Qué chiva, que la ministra de cultura sea amiga de esta señora, que chiva que los artistas que salen a defenderla son por que reciben inmediatos beneficios en curadurías o recomendaciones, que chiva, que chiva, que chiva se nos acabó la plata del ministerio pagando premios...

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  2. Muy bueno Dorelia, me parece acertado, más que de los premios nacionales, se trata de la condición lamentable y patética del oficio de la escritura en la actualidad.

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