sábado, 3 de noviembre de 2012

Los guapos mueren pronto

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Los guapos mueren pronto


El padre de Mirra, a la cabeza de un reinado griego perdido entre las montañas cercanas al Peloponeso, es engañado por su propia hija, según dicen las malas lenguas de los mitos; quien disfrazada para así pasarse por otra, yace con él hasta que es descubierta in fraganti. Entonces ante el horror de su padre quien jura matarla y la persigue, es convertida en el árbol de Mirra. Nueve meses después este árbol se hincha y nace el precioso Adonis, y esa es la parte de la historia que nos ocupa ahora. 
Apenas nace la preciosa criatura el sol se detiene a verlo y enseguida Afrodita se enamora de Adonis con un arrobo mitológico. No quiere dejar de verlo y conservarlo a su lado para su disfrute, al igual que le pasa a Perséfone, compañera obligada del muy conocido rey del inframundo Hades.  Ares, indignado amante de Afrodita y ni más ni menos el dios de la guerra, ( ya sabemos porque el amor y la guerra siempre van de la mano) entra en celos y decide perseguir a Adonis hasta matarlo. Parece que es con cuernos afilados que lo mata. Afrodita, por supuesto que desolada, corre ante Zeuz para implorar que le deje conservar a Adonis a su lado, lo que equivale a pedirle que lo resucite de alguna manera... Zeus decide que lo más justo para las dos diosas, es que Adonis comparta medio tiempo con Adrodita y medio tiempo con Perséfone, que a su vez también comparte medio tiempo con su madre Hera y su amante Hades.
Así la belleza de Adonis desde ese día habita siempre en medios tiempos, a ratitos, tanto en la primavera de la vida en la tierra, como en el invierno de la muerte en el inframundo.

Adonis el bello, es uno de los primeros guapos de la historia y murió pronto. No supo lo que era amar, menos aburrirse, perder o sacar panza, envejecer y luchar por la vida…Vivió lo que su belleza le permitió vivir ante su propia provocación hacia él y los demás.  
 Y es que la belleza pura es reto y provocación que ostenta siempre el centro del escenario. 
Es el vistoso esplendor de una flor siempre llena de abejas  como valor agregado! 
Por eso los guapos mueren pronto. Son el deseo violentando a otro deseo, la bandera roja ante el toro, la muerte fraccionada en otras muertes.
Los guapos no soportan mucho tiempo  el resultado de la provocación que inspiran. Todas las voces dicen: quiéreme, deséame, poséeme... Eres solo y exclusivamente de mi propiedad... se escucha cantar al coro de las abejas. 

Pero detrás de estas abejas también viene el enemigo. El retador que ha localizado en Adonis la amenaza de su territorio. Viene dispuesto a aniquilarlo y se filtra en el coro para llevar a cabo su cometido. Entonces usa todas sus tácticas. Balas, lanzas, drogas, adulaciones, amenazas y lacerantes venenos, son vertidos sobre los guapos para mantener bajo control la colmena. 
Por eso y como Adonis, los guapos tienen veinte minutos de gloria y después mueren. Veinte minutos de arrolladoras cacerías, fiestas, pasarelas, orgías, éxtasis, ofrendas y ningún aprendizaje de sobrevivencia en este mundo de lejana perfección. A partir de allí chocan sus autos, estrellan sus aviones, sobredosifican sus drogas, sucumben en las noches de ciudad, se precipitan desde los helicópteros, puentes, o simplemente se quedan dormidos ante el silencio de una soledad que nunca fue su amiga. Hasta morir son guapos pero  mueren pronto. 
Los pocos que logran llegar a viejos, se preguntan todos los días quien es ese viejo que sale del espejo con cara de despiste…

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